domingo, 18 de abril de 2010

Todo a mí alrededor son caras conocidas sitios gastados, caras gastadas. Listas y despiertas para sus carreras diarias hacia ningún sitio, hacia ningún sitio. Sus lágrimas empañan las gafas inexpresivas, inexpresivas. Oculto mi cabeza, quiero ahogarme en mi pena no hay mañana, no hay mañana. En cierto modo resulta divertido, en cierto modo triste. Los sueños en los que agonizo son los mejores que he tenido. Resulta duro de decir, duro de aceptar cuando la gente camina en círculos. Es un mundo desquiciado.

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