sábado, 31 de enero de 2009


La verdad es que no quiero decírtelo. Sé que lo tenés que saber. Pero no quiero; tengo miedo. Quizás por lo que venga después; o lo que no venga.
Por un lado, siento que no me tengo que arriesgar, que no necesito pasar por ese momento otra vez. Pienso que es en vano.
Pero por otro lado, siento que así se aclararían tantas cosas. Todo cambiaría.
El tema es, ¿cambiará para bien?. Yo temo a que no. Y ese es mi miedo principal. No tengo miedo al rechazo, porque es algo que me puede doler, pero sé que lo voy a superar.
Supongo que lo voy a hacer de la manera más fácil y menos dolorosa. Supongo que es menos dolorosa, pero la más fácil es seguro. Me conviene. Estoy segura de que me conviene.


Ya está decidido y aunque no parezca, me estoy jugando por vos.

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