domingo, 19 de julio de 2009


"El principito enrojeció y después continuó: -Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡¿Y esto no es importante?!. No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos.".

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